domingo, febrero 13, 2011

Donde Pertenezco

Ani!!!!! Amiga, esto es para ti.
hola chicos!!! Esta historia es bastante antigua y depresiva.. Así que si no quieren deprimirse, no lean. Jajajaja, están advertidos!!!

Donde Pertenezco

¿Haz sentido alguna vez que no encajas en ninguna parte? Haz sentido que todo lo que haces nunca es suficiente, por más que te esfuerces. Que de alguna manera estas prisionero en tu propio cuerpo, en tu propia vida… una vida que sabes, en el fondo, que no te pertenece?  Haz sentido que tus amigos profesan sonrisas vacías y no sabes por qué estas con ellos?  Haz sentido como pasan los segundos, transformándose en minutos, y estos en horas, y en días, semanas, meses y años, y sin embargo tu no vives? Así es como me siento yo… Cada día, desde que tengo memoria. Pero, quien iba a saber que sólo ahora me siento, me siento yo mismo.

Todo comenzó unos días atrás, cuando en una noche de tormenta incesable salí a mi balcón, con la intención de disfrutar la lluvia sobre mi inexpresivo rostro. Y ahí estaba; sonriendo, al fin, porque la lluvia caía implacable sobre mi cabello, sobre mi frente, sobre mis ojos, sobre mis mejillas y sobre mis labios. Sentía el impacto de cada gota en mi rostro, y era lo que más disfrutaba. Siempre quise que le lluvia me hiciera libre. Creía que sus gotas podrían liberarme de la tortura de mi vida y darme alguna respuesta que me ayudara con lo de mi sentido de pertenencia. Estaba ahí, en lo profundo de mis pensamientos, con los ojos cerrados y mi rostro de frente al cielo, cuando un leve sentir de una mano sobre mi hombro me saco de mi abstracción, y volví bruscamente a mi realidad. 

Abrí los ojos y mi sorpresa fue inmensa, cuando frente a mi vi a la criatura más hermosa sobre la faz de la tierra. Sus intensos ojos verdes, su cautivante sonrisa, su cabello castaño, y ese rostro, potenciado con las gotas que escurrían por sus mejillas, era el rostro más agradable e inspirador que en vi en mi vida… tenía una mano en mi hombro y me miraba fijamente. Al contrario de cómo yo hubiese reaccionado con cualquier otra persona, sólo lo mire con una mezcla de emoción y sorpresa.

-          Tu no eres real…-- fue lo único que atiné a decir. Al oír mis palabras el cautivante joven sólo amplió su sonrisa.

-          Cómo crees? A tu pesar y a mi alegría, tan loca no estás- me respondió mientras yo seguía con sus ojos y su sonrisa.


-          No eres real, no puedes ser real. Eres… eres perfecto. Tal y como te imaginé desde pequeña.- Seguía atónita y aún no lo creía.

-          Creo que debemos entrar. Con esta lluvia te dará una pulmonía. Y no vine desde tan lejos a llevarte conmigo, para que te enfermes de pulmonía.

Su voz era tan cálida. Cada vez que me hablaba, me sentía en las nubes y pensaba que todo era producto de mi imaginación. Tenía mil preguntas que hacerle. Cómo me había encontrado, por qué me había elegido, y lo más importante… hasta cuando se quedaría. Pero no dije nada. Sólo me callé y lo escuché. No podía dejar de mirarlo y sonreír cuando él lo hacía.

Pasaron unos pocos días y él estaba conmigo a cada momento. Ya no sabía con certeza si me lo imaginaba o era absolutamente real. Pero ya no importaba, sólo me dejaba llevar por él porque adoraba cómo me hacia sentir. Al fin sentía que al menos una persona en el mundo me conocía, me entendía y que junto a esa persona, ya no importaba el quién era yo. Junto a mí, me hizo olvidar lo rechazada que siempre fui. Hizo que se esfumaran de mi cabeza los recuerdos de mi estupida vida y de lo que nunca viví. Durante los días que estuvo conmigo no me volví a sentir fuera de lugar. El me conocía tan bien, que hasta la cosa más estupida la disfrutábamos al máximo. No más rechazo y a olvidarme del no encajar. Llenaba todos los espacios, y me hacia sentir feliz… hasta que ocurrió lo inevitable.

Estábamos estirados en el pasto, mirando las pocas estrellas que quedaban en el cielo, gracias a las nubes que anunciaban una torrencial lluvia en unos pocos minutos. Torrencial como el día en que lo encontré en el balcón frente a mi.  Me tenía abrazada y se sentía tan bien…

-          Si pasara una estrella fugaz, le pediría estar así contigo para siempre- me dijo con una leve melancolía en su voz.

-          Nada nos impide estarlo. No necesitamos una estrella fugaz- le respondí con una sonrisa a lo que él respondió secamente.

-          Tengo que irme.

-          Podemos quedarnos hasta que llueva?


-          Si, claro que podemos, pero es sólo que tengo que irme. Y no volveré. Ya pasé mucho tiempo junto a ti, y debo volver.- me dijo con tristeza.

-          No es en serio, verdad?- me senté e hice que él también lo hiciera. Lo miré a los ojos y le volví a preguntar- No es en serio, verdad?

-          Cariño, tú sabes que si lo es - Se acercó y tomo mi rostro con sus manos, me acercó hacia él y mirándome fijamente añadió- Pero no te preocupes. Ven conmigo y todo acabará. Si vienes estaremos así por siempre. Nunca más te sentirás sola. Yo estaré junto a ti y te prometo que nunca te abandonaré.


-          Pero…

-          Pero nada.- sonrió dulcemente.


-          Y que tengo que hacer? – pregunté ingenuamente.

-          Sólo acompáñame.

Me tomó de la mano y nos levantamos de aquel lugar. Justo en ese momento comenzó a llover. Ambos sonreímos y continuamos caminando. La lluvia no cesaba y era lo mejor, porque así sentíamos, por primera vez, desde que lo vi en el balcón, cómo las gotas aterrizaban en nuestros rostros. Me dejé llevar por su suave mano unos cuentos minutos. Íbamos en silencio, felices y deleitándonos únicamente el sonido de la lluvia.  Llegamos al fin a nuestro destino.

-          Debemos saltar- me dijo con una seguridad que me impresionó.

-          Estás… de verdad?- le respondí incrédula.


-          Debo regresar de donde salí, y esta es la única forma. Debemos saltar- su voz ahora inspiraba confianza y paz.

-          Pero… tú dijiste que…- traté de intervenir.


-          Confías en mi? Si lo hacemos, estaremos juntos por siempre. Ya no sentirás nada de lo que sentías hace unas semanas. No he cambiado tu vida? Debes hacerlo… por mí. Debes hacerlo por nosotros- y cuando concluyo me abrazó muy fuerte

-          Esta bien, lo haremos juntos.


-          Solo dame la mano, cierra los ojos y da un paso hacia delante. Confía en mí- y así lo hice.



‘’Siempre quise que la lluvia me hiciera libre’’, lo escuché decir justo antes de dar el paso que me condujo al abismo. Y justo en ese momento, cuando empezamos a caer, lo vi desvanecerse a mi lado. Fue tarde cuando me di cuenta de que eso nunca se lo había contado. Por lo tanto, deduje tarde que todo era producto de mi imaginación, y que me dejé llevar por el más profundo anhelo de mi corazón. Pero me queda un consuelo. Si lo vuelvo a imaginar, el estará aquí, y quizás aquí es donde debo estar… aquí en una eterna caída. Les mencioné que nunca dejé de caer? No sé en donde estoy. Solo se que cuando cierro los ojos a veces lo vuelvo a ver, y siento que pertenezco a este lugar… con él. Pero cuando los abro, busco por todos lados esos brillantes ojos verdes y no los puedo encontrar. Todo es negro a mi alrededor, pero esta bien, no? Cayendo por siempre… al fin y al cabo, es aquí donde pertenezco.






2 comentarios:

  1. Ali =D
    Gracias, si la queria leer y ya se porque, en aquel momento cuando la lei, me senti un poco asi =D
    Ademas que esta genial, es por esta historia aunque sea triste que te conoci (bueno lei xD) hahaha!!!
    Cosas de la vida xD

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  2. Acabo de leerla... la historia tiene algo que me parece familiar. Pese a que es triste... me gustó :D

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